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La maldición de Glee

'Glee' se convirtió en uno de los mayores fenómenos televisivos de la década anterior que lanzó a la fama a diez jóvenes prácticamente desconocidos hasta entonces, y la leyenda urbana asegura que sobre la serie acabó pesando una maldición que explicaría por qué tres de sus estrellas acabaron muriendo en trágicas circunstancias. Cory Monteith (Finn en la ficción) falleció por una sobredosis de alcohol y heroína en 2013, Mark Salling (Puck) se ahorcó en un parque en 2018 mientras esperaba a conocer su sentencia por posesión de pornografía infantil y Naya Rivera (Santana) se ahogó mientras navegaba con su hijo de cuatro años; el pequeño fue encontrado sano y salvo solo a bordo de la embarcación y el cuerpo sin vida de su madre se recuperó varios días más tarde.

Ahora una nueva serie en tres partes de Investigation Discovery ha vuelto a sacar a la luz algunos de los episodios más oscuros de la producción de Ryan Murphy: no los que ocurrieron delante de las cámaras, sino los que tenían lugar entre bambalinas. El propio creador de la serie ha reconocido en varias ocasiones que no manejó bien los choques de ego y las rivalidades entre las jóvenes estrellas a su cargo porque él mismo estaba más concentrado en vivir una especie de segunda adolescencia a su lado, aunque siempre tuvo la esperanza de que con el paso del tiempo todos maduraran y dejaran de lado los resentimientos.

Lea Michele, la protagonista de la historia en el papel de Rachel Berry, fue acusada hace un par de años de comportarse como una diva insufrible en el plató por varios compañeros de reparto, y mantenía una enemistad especialmente encarnizada con Naya Rivera, que fue ganando peso en la trama según pasaban los episodios. Sin embargo, el padre de Naya ha aprovechado su intervención en el documental para aclarar que en su caso sí podrían haber acercado posturas como mujeres adultas si su hija no hubiera muerto antes de tiempo.

"Siempre había una pelea entre ellas. Siempre. Todo el mundo lo sabía. Todo el mundo lo veía. Se odiaban pero, al mismo tiempo, respetaban el talento de la otra", ha aclarado George. La propia Naya reconoció en su libro de memorias de 2016 que Lea y ella eran como dos cara de la misma moneda y, personalmente, le estaba agradecida por la influencia positiva que ejerció en su amigo Cory Monteith cuando comenzaron una relación sentimental en la vida real.

Desgraciadamente, Lea no pudo ayudar a su novio a superar todos sus demonios. Corey acabó sufriendo una sobredosis fatal en una habitación de hotel y su amigo Frederic Robinson afirma en el primer episodio del documental -emitido el lunes por la noche- que el intérprete temía que su "pasado saliera a la luz" porque quería seguir manteniendo la imagen de "chico bueno" que se había ganado a través de su personaje.

El consumo de drogas del actor comenzó en los años posteriores al divorcio de sus padres, y cuando tenía 19 años, su madre y sus amigos organizaron una intervención que le llevó a entrar en rehabilitación por primera vez en 2001. Corey hizo públicos sus problemas de adicción al final de la segunda temporada de la serie y unos meses antes de su muerte volvió a ingresar en una clínica.

Su antiguo compañero de piso Justin Neill asegura que durante ese año fue aislándose más y más porque no soportaba haber perdido su identidad junto con el anonimato: "Yo había notado la fama, pero no me di cuenta de lo difícil que era para él hasta entonces. Creo que con ese nivel de fama, pierdes de vista quién eres. Para todos, él ya no era Cory. Ahora era Finn. Sabíamos que no estaba en su mejor momento", asegura Neill.

Según el tráiler, los próximos dos episodios continuarán explorando los motivos que cimentaron la creencia en torno a esa supuesta maldición con testimonios de personas allegadas a los actores de 'Glee'.

Las rivalidades y las desgracias que rodearon a la popular serie de FOX siguen dando mucho que hablar a día de hoy. Muchos creen que la producción estaba maldita, y el tema da hasta para un documental.