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Chet Hanks, el nepo baby que se quedó a medio camino

El hijo de Tom Hanks comenzó con muy buen pie en el mundo de la interpretación, apareciendo en Shameless Empire, pero ha acabado convirtiéndose en una especie de chiste para la prensa de Hollywood y en un dolor de cabeza para sus padres. 

De los cuatro hijos que Tom Hanks tiene fruto de dos matrimonios distintos, tres de ellos han decidido seguir sus pasos, pero solo uno acapara titulares con frecuencia, y no precisamente por su talento profesional.

Colin es el mayor de los dos hijos que la estrella de Hollywood que tuvo con su fallecida exmujer Samantha Lewes. A día de hoy un actor muy respetado que ha aparecido en series como Roswell y Band of Brothers, aunque su rostro no es uno de esos que el gran público reconoce automáticamente. Su hermana Elizabeth también mostró interés en trabajar en el cine e incluso tuvo un pequeño cameo en Forrest Gump cuando era una niña, pero al final ha acabado encontrando su sitio detrás de las cámaras como escritora.

Su hermanastro menor Chester Hanks, hijo de Tom Hanks y su segunda esposa Rita Wilson, era el que reunía en principio todos los requisitos para entrar por la puerta grande en ese club que se conoce como nepo babies o bebés del nepotismo. El chico era atractivo, contaba con una fuerte presencia en las redes social y no había empezado con mal pie en la industria al hacerse con pequeños papeles en Shameless Empire. 
Chet, como prefiere que le llamen ahora que ha cumplido los 32, parecía destinado a seguir los pasos de Lily-Rose Depp o Maude Apatow: jóvenes con apellidos muy famosos que nacieron en el seno de la realeza de Hollywood y que están triunfando como actrices.

Sin embargo, todo empezó a torcerse hace un par de años. A su paso por los Globos de Oro en 2020 para acompañar a su padre, que recibía el premio Cecil B. DeMille, se volvió viral en las redes sociales. Chet subió varios vídeos a Instagram hablando con un acento criollo jamaiquino o patois que nadie entendía de dónde había salido. Pero su primer gran escándalo público aún estaba por llegar.

Unos meses más tarde debutaba como rapero con un controvertido tema titulado White Boy Summer que celebraba a los hombres blancos. La polémica estaba servida. El título se traduce al español como 'verano del chico blanco' y, como era de esperar, le llovieron las críticas porque en aquel momento el mundo del entretenimiento estaba volcado casi al completo con el movimiento Black Lives Matter y no pensaba perdonar un paso en falso tan grave.
Dio igual que Chet insistiera una y otra vez en que la letra del tema no apoyaba el supremacismo blanco ni pretendía ofender a nadie. La explicación de que, como un hombre blanco de 30 años, el suyo iba a ser "un verano de un hombre blanco" no convenció a nadie.

En el plano personal, su vida ha estado marcada por las adicciones. En 2015 salió a la luz que había sufrido un accidente de coche mientras conducía bajo los efectos del alcohol, pero su consumo de diversas sustancias se había salido de control por primera vez cuando era un adolescente. Fue entonces cuando su familia empezó a preocuparse en serio por su futuro. 
Un día de 2008, el rapero y actor se despertó en la mansión de sus padres en California y se encontró con un grupo de militares "con la cabeza rapada y aspecto de gorilas" a los pies de su cama, que le informaron sin miramientos que debía acompañarles. 

"Me dijeron: 'Te vienes con nosotros, podemos hacerlo por las buenas o por las malas'", ha recordado en el podcast Ivan Paychecks. Acto seguido le metieron en un coche y condujeron nueve horas hasta Utah para alistarle en un programa para "adolescentes con problemas". Pero no funcionó.

"Nos hacían marchar en círculos con una mochila de 35 kilos a la espalda. Hay muchas cosas que pasan por tu mente en esos momentos. Estás bajo observación... Te están psicoanalizando y te están desmenuzando", ha recordado sobre aquellas ocho semanas en las que durmió al aire libre y realizó todo tipo de trabajos pesados.

Chet asegura que estuvo allí más tiempo que cualquiera de sus compañeros, a excepción de otro joven que pasó medio año, y está convencido de que en realidad no era necesario. En su opinión, sus famosos padres estaban siendo "manipulados todo el tiempo" porque el campamento cobraba por día y sus organizadores sabían que los Hanks tenían recursos económicos más que de sobra para pagar lo que les pidieran.

Hace dos meses él celebró un año sobrio e insiste en que jamás volverá a recaer en sus adicciones. Lo que no está claro es si ha conseguido acercar posturas con sus padres. Lo último que se sabe acerca de su relación fue lo que él mismo contó a principios de este año en un vídeo de YouTube titulado La verdad de crecer como un Hanks. En su relato, Tom Hanks no salía demasiado bien parado porque su hijo afirmaba que jamás había contado con un modelo masculino "fuerte" que le enseñara a navegar la fama indirecta que había heredado junto con su apellido.