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Candace Cameron Bure ya no es la dulce DJ de 'Padres forzosos'

La actriz se ha convertido en una mujer adulta que defiende sus valores tradicionales cristianos y celebrar haber fichado por una cadena que se centre en producir películas "con el matrimonio tradicional en el centro" de la historia

Candace Cameron Bure forma parte del imaginario colectivo estadounidense como solo lo pueden hacer las antiguas estrellas infantiles. La actriz creció ante los ojos de todo Estados Unidos como la dulce DJ de Padres forzosos y, convertida ya en una mujer adulta, participó en programas como The View y el concurso Dancing with the stars al mismo tiempo que continuaba protagonizando películas para televisión y, durante cuatro años, el revival de la serie que la hizo famosa.

Hasta hace poco era una fija en la programación navideña del canal Hallmark, pero lo abandonó recientemente para fichar por el más conservador Great American Family. Y ahí es donde ha estallado su última polémica debido a sus valores tradicionales, que son de sobra conocidos. 

Durante su estancia como tertuliana en The View, Cameron defendió a una pastelería que se negó a hornear una tarta para una boda gay alegando que era su "derecho constitucional" y que en realidad el establecimiento se estaba oponiendo a la ceremonia como tal, no a la orientación sexual de la pareja.

A la hora de promocionar su nuevo puesto como directora creativa de Great American Family (GAF), Cameron ha destacado que la cadena producirá contenido basado en la fe y en el "matrimonio tradicional". El comunicado que ha difundido ahora para negar que sea homófoba utiliza argumentos similares. Ella defiende su fe cristiana y lamenta que se la vilipendie por ella, y sobre todo, se cuida mucho de evitar condenar directamente el matrimonio gay.

"Soy una cristiana devota. Lo que significa que creo que todo ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios. Por eso, estoy llamada a amar a todas las personas, y lo hago. Si me conoces, sabes que soy una persona que ama ferozmente e indiscriminadamente", ha asegurado. "Mi corazón anhela construir puentes y acercar a la gente un paso más a Dios, amar de verdad a los demás, y simplemente ser un reflejo del enorme amor de Dios por todos nosotros".

La intérprete ha lamentado que los medios de comunicación hayan aprovechado la oportunidad de "avivar las llamas del conflicto y el odio", aunque ella les ha hecho llegar su perdón de una forma muy cristiana.
"A todos los que leen esto, de cualquier raza, credo, sexualidad o partido político, incluidos los que han intentado intimidarme con insultos, os quiero", les ha asegurado. 

Y de nuevo, ni palabra acerca de su postura ante las uniones entre personas del mismo sexo.

Lo que ha pasado aparentemente por alto es que han sido muchos de sus propios compañeros de profesión quienes la han criticado por sus comentarios y lo han hecho además 'a la cara', es decir, que han hablado alto y claro ante las cámaras o la han etiquetado en los mensajes de rechazo que han compartido en las redes sociales.

Ella señala que durante su entrevista con el Wall Street Journal mencionó que una de las cosas que le habían atraído de GAF era que le permitirá trabajar con "personas de todas las etnias e identidades". Lo que no ha mencionado es que respondió a una pregunta acerca de si la cadena seguiría el ejemplo de Netflix y Prime, apostando por comedias románticas y navideñas con personajes queer, alegando: "Creo que Great American Family mantendrá el matrimonio tradicional en el centro".

Irónicamente, sus nuevos empleados no están dispuestos a defender con la misma vehemencia que ella sus valores tradicionales. El director general de GAF, Bill Abbott, se ha mostrado mucho más conciliador ante esa misma cuestión y no cierra ninguna puerta de cara al futuro: "Ciertamente es el año 2022, así que somos conscientes de las tendencias. No hay una pizarra que diga: 'Sí, esto' o 'No, nunca llegaremos a esto'".